Nuestro amigo Thomas Moro Simpson escribió lhace unas semanas esta divertida Carta al Director del diario argentino La Nación. Señor Director: Se ha dicho en estos días que Buenos Aires es, con París, la ciudad más literaria del mundo. El objeto de estas líneas es demostrar que es también la ciudad más filosófica. Pruebas al canto, para que no digan que fantaseo. El día 30 de diciembre de 2010 tuve que llevar un «certificado de supervivencia» a una oficina pública, y para obtenerlo me acerqué a la comisaría 17, donde me dieron un comprobante cuyo texto implica esta curiosa afirmación: «el portador de la presente existe». Con este documento me dirigí al antiguo edificio del Mercado del Plata, donde se encuentra la oficina que me lo había requerido. Me atendió un empleado joven, a quien entregué el certificado mientras le decía (como es natural en estas ocasiones): «Mire, los filósofos han discutido mucho sobre el concepto de existencia, pero parece que todo se arregla con un papelito». El empleado me contestó sin vacilar: «Es el problema del ser». Dicho esto, se retiró para efectuar el trámite. Cuando volvió, me pareció oportuno saludarlo de manera especial, y estrechando su mano derecha le dije con firmeza: «El ser es, y el no ser no es». Esta vez, el empleado exclamó, sin soltar mi mano: «¡Parménides!». Tal vez, pensé en ese momento, que este muchacho es realmente El Viejo, como llamaban a Parménides los jóvenes Sócrates y Platón. Tal vez reencarnó en el Río de la Plata, y ahora, extraviado, se pasea por las oficinas de un edificio municipal. Ignoro el nombre de este empleado tan amable, pero deseo decirle que lo recuerdo con cariño. No se equivocaba Carlitos, el de la voz maravillosa, cuando cantaba en nuestro corazón: «¡Mi Buenos Aires querido!». Thomas Moro Simpson (Buenos Aires, 1929) es el filósofo argentino más importante y creativo de su generación. La Nación, 23 marzo 2011 |
Sense menysprear a Port Aventura, que és el que és, un parc temàtic, un lloc irreal amb vida irreal, una fantasia, on venén els turistes i on els treballadors ho obren al matí i el tanquen a la nit tornant a les seves cases, això sí, fora del parc, perquè un cop acaba la fantasia, es torna a la realitat del lloc fantasma, del lloc sense vida. Disculpin el paral·lelisme però fa anys que a Cadaqués hem perdut el rumb, no sabem on volem anar com a poble. El dia a dia ens fa seguir endavant sense saber cap a on, sense aturar-nos a pensar què estem fent. Les alarmes sonaven fa molt de temps, la pèrdua d' un enfocament de poble va fer que tota anàlisi es realitzés en termes econòmics, com si la teoria del vessament anés a arribar a tothom, doncs no. Una especulació desmesurada està expulsant els que vivim i volem viure aquí, i ens encaminem a ser el parc d'atraccions de la Costa Brava, on al matí vindran autobusos de treballadors/res, obriran el poble i el tancaran a la nit, deixant ...
Comentarios