En su libro “Espejos”, Eduardo Galeano nos ofrece un relato brevísimo que puede servir para algo tan apasionante como la construcción del socialismo, a partir de los errores pasados. Pero, sobre todo, para apartar definitivamente la idea de que el modelo chino actual pueda servir para algo. “Berlín, noviembre de 1989. Ferdinando Scianna fotografía a un hombre que empuja una carretilla. A duras penas carga una enorme cabeza de Stalin. La cabeza de bronce ha sido decapitada mientras la furia popular volteaba a martillazos el muro que partía en dos la ciudad de Berlín. El muro no cae solo. Con el muro se derrumban los régimen que empezaron anunciando la dictadura de los proletarios y terminaron ejerciendo la dictadura de los funcionarios. Se viene abajo la conciencia política reducida a fe religiosa por los partidos que invocaban a Marx, pero actuaban como iglesias ...
Espacio de discusión y planteo de alternativas reales de cambio a este mundo injusto y desigual.